Este martes las elecciones de Estados Unidos atraerán los ojos del mundo, y por su puesto los de México en particular. Como países vecinos, nuestra economía en relación con la suya es sumamente estrecha. La elección de los ciudadanos para elegir a su próximo presidente para el periodo 2021 – 2025, afectará directamente a nuestro país, quien debe prepararse para cualquiera que sea el resultado y el escenario postelectoral.
“Es la relación bilateral más importante que tiene México por mucho en términos comerciales, políticos, migratorios y de seguridad”, expresó Alejandro Aurrecoechea, consultor de Asuntos Públicos y Riesgo Político.
“Si gana Joe Biden puede provocar que López Obrador acelere su intención, su plan de ser autosuficiente en las gasolinas. Va a tener más problemas para exportar a Estados Unidos y va a acelerar su proceso de refinerías y todo lo que esto implique”, consideró Jorge Gordillo, director de análisis económico y bursátil de CI Banco.
"En el corto plazo los mercados podrían estar prefiriendo a Donald Trump, porque algo que trae dentro de su campaña es seguir eliminando algunas regulaciones y eliminar algunos impuestos, son medidas que resultan positivas para las empresas, pero son medidas de muy corto plazo. Con una visión de más largo plazo, sabiendo cómo gobierna Trump, con toda la incertidumbre que ha generado en el mundo, pueden preferir a Biden por lo que se ha perdido”, refirió Carlos González, director de análisis económico, cambiario y bursátil de Grupo Financiero Monex.
En el escenario pre electoral, las encuestas en los estados clave de aquel país ponen a Joe Biden, ex vicepresidente en la administración de Barack Obama, como favorito. Pero, recordemos que hace cuatro años, Donald Trump, el actual presidente, sorprendió a todos y consiguió una victoria que espera repetir el día de hoy.
“En general, la victoria de Biden sería más positiva para la sociedad mexicana. Disminuiría la retórica y acciones en contra de los migrantes en EEUU y habría mayor probabilidad de que se impulsen medidas como la legalización de los dreamers”, aseguró Aurrecoechea.
“Asimismo, es de esperar que una administración Biden impulsaría el crecimiento vigoroso de la economía estadounidense, pero eso también lo haría Trump. De manera relacionada, es más factible que el candidato Demócrata se muestre contrario a posibles acciones por parte de López Obrador que vulneren la equidad de los comicios y la división de poderes”, detalló el experto.
Para Gabriel Casillas, director general adjunto de análisis económico y relación con inversionistas de Banorte, a los mercados no les preocupa mucho si gana Biden o Trump, debido a se ajustarán de alguna u otra manera uno o a otro, por lo que "no vemos de gran manera preocupación por eso. De lo que sí están atentos es que, si por ejemplo gana Biden por un diferencial muy pequeño, entonces Trump, como ya lo ha dicho antes, no conceda la victoria a Biden y quiera ir a un conteo de votos. No hemos pasado en la historia contemporánea por algo así en las elecciones de Estados Unidos, a los mercados no les gustará la incertidumbre y veríamos muchísima volatilidad".
Actualmente los mercados están cada vez más preocupados por la posibilidad de unas elecciones disputadas, ya que eso podría desatar una venta desmedida de ventas de activos.
“No es previsible que se presenten grandes fluctuaciones en el tipo de cambio si hay un claro ganador el martes. El triunfo de Trump no generaría la misma reacción que en 2016, pues los mercados lo verían como un escenario de continuidad”, por su parte, Biden ha planteado “una política económica y comercial centrista que no provoca consternación en los mercados”. “Pero podría haber más turbulencia en caso de que no se pueda declarar ganador la noche del martes y/o haya disturbios”, aseguró Alejandro Aurrecoechea.
“Independientemente de quién gane la elección, México va a continuar siendo una prioridad para Estados Unidos, tal vez desde diferentes puntos de vista. Es probable que el candidato demócrata tome un enfoque más multilateral hacia alguno de temas que estamos observando en la agenda de Estados Unidos y México, pero también es probable que tengan mayor prioridad a alguno de los temas internacionales, como es la tensión comercial con China; sin embargo, no avizoramos que pueda haber algún cambio relacionado con la prioridad hacia al país, lo que sí probablemente vamos a observar es alguna volatilidad en el tipo de cambio”, indicó el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio.
En términos de política laboral la subgobernadora del Banco de México, Irene Espinosa, dijo lo siguiente: “Con un gobierno Trump 2.0, yo creo que en el corto plazo, no cambiaría la retórica, sería bastante inercial en todos los temas que ha venido impulsando el presidente Trump, porque finalmente, toda la retórica hacia México responde a los intereses de su base, pero quizá algo nuevo en lo que sí va a hacer un mayor énfasis es en la parte de política laboral, y esto derivado justamente de la nueva edición del tratado (T-MEC). En el caso del candidato demócrata, sin duda el tema laboral va a ser, seguramente, una prioridad inmediata, no solamente por el tratado, sino también por la tradición en la ideología del partido demócrata, en donde el tema laboral es un artista muy importante”.
Es importante recordar que en julio, el presidente de México, López Obrador, viajó a Washington D.C., la capital estadounidense, para celebrar una cumbre con Trump con el pretexto de la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio entre ambos países y Canadá, en un movimiento que los críticos del presidente mexicano señalaron como una “ayuda” en la campaña del originario de Nueva York. Esta y otras más acciones han demostrado que la relación entre Andrés Manuel y Trump es fluida, y que más allá de los desplantes antiinmigrantes e incluso xenófobos, el magnate neoyorquino ha llamado “amigo” al mandatario tabasqueño.
Por otra parte, el triunfo de Biden pondría en aprietos al presidente mexicano, quien tendría que emprender un esfuerzo significativo para restaurar las relaciones con el nuevo gobierno americano.
En conclusión, podríamos decir que, si Trump gana, la comunicación con el gobierno mexicano seguirá siendo fluida, además de impulsar la instrumentación del T-MEC y una recuperación de ambas economías. Y si Biden gana, se espera una postura más firme con respecto a México en temas de seguridad, medio ambiente, derechos humanos, demócrata y cumplimiento de contratos con inversionistas estadounidenses en México.
Redacción: CIESC Consultores
Fuente: Infobae / Milenio