¿Hay algo positivo del COVID? La respuesta es: si.
¿Hay algo positivo del COVID? La respuesta es: si.

¿Hay algo positivo del COVID? La respuesta es: si.

 Por Antonio Pegueros.

 El COVID llegó para quedarse, nos movió todos nuestros planes y proyectos. Pero ¿Todo es están malo como parece?

Yo opino que no que, al contrario, nos hizo valorar muchas cosas y cambiar hábitos, nos forzó a salir de nuestra zona de confort.

En este artículo quiero compartirles mi experiencia, tengo una empresa, me las vi negras durante el encierro.

La desesperación, la ansiedad, el insomnio y unos kilos de más fueron el resultado de 4 meses de sin poder salir. Soy emprendedor, como tú, que estás leyendo esto, y si aún no tiras la toalla, te felicito. Quiero que sepas que eres un ganador o ganadora.

 

El peor escenario, fuera de todo pronóstico, nadie estaba preparado para esto. Y aún así, gracias a Dios y a un gran equipo de trabajo, aquí seguimos.

 

¿Qué rescato de todo esto? Una gran enseñanza, la mejor lección que ninguna escuela de negocios me pueda dar, a triplicar los esfuerzos, a hacer cosas que no sabía podía hacer, a dejar de procrastinar y, sobre todo, a vencer mis miedos y creer más en mi.

 

¿Qué hice para no salir del juego?

 

Vender, vender, vender. Les seré sincero, odio las ventas, no me gusta vender. Pero no tuve de otra.

 

Aprender a decir no. Siempre metía en problemas a mi equipo por no saber decir no a los clientes, a peticiones que estaban fueran de nuestro alcance. Lo único que generaba era confusión, desgaste y muchos problemas internos.

 

Aquí abro un paréntesis, si tu servicio es bueno y eres muy claro desde un inicio, no tengas miedo en decir no.

La excusa para no hacer las cosas importantes siempre se la echaba al torbellino del día a día. Bueno, para sobrevivir tienes que hacer aquello que nunca habías hecho antes, así que no tuve otra opción que confiar en mi equipo y mejorar mi habilidad de comunicación. Al principio fue muy difícil, quiero confesarles, pero la recompensa vale la pena.

 

Creer en mi. Las pocas oportunidades que se me presentaron, las luche como si fuera el último cliente sobre la tierra. Obviamente, en esta situación un peso es cuestionado por todo. Fueron momentos muy incomodos, pero me llené de valor, puse sobre la mesa nuestra propuesta de valor y lo que podemos generar si contratan nuestros servicios.

 ¡Les juro por Dios!, que en mi mente pasó que iban a llamar a seguridad y echarme a la calle. Pero no, se cerró la venta sin ajuste en el precio.

 

Si tu servicio es bueno, con un valor superior y sabes que va a satisfacer una necesidad, con las palabras correctas, la venta es un hecho. No regales tu trabajo, si lo vale, alguien allá fuera lo pagará.

 

Mis amigos y amigas lectores, esto fue lo que viví y sigo viviendo gracias al COVID.

Por cierto, ya estoy bajando los kilitos de más.

 

 

¿Cuál fue tu experiencia?

 

Si necesitas algún consejo por favor escríbeme, te dejo mi correo a.pegueros@ciescconsultores.com.mx, estamos para ayudarnos entre emprendedores.  

¿Qué se rescata del covid_